jueves, 22 de septiembre de 2011

Te Admito

Cómo quisiera que a veces no pudieras sentir dolor.

Cómo quisiera que jamás tuvieras que correr sin tener ganas de hacerlo, evitar que pudieses caerte o cansarte. Quisiera tener todo el tiempo y regalártelo en una caja de tu color favorito.
Me encantaría tener a la mano todo lo que se te antoje: un helado, un chocolate, una hamburguesa, la luna...

Quisiera que nunca tuvieras que preocuparte por mañana, por despertar aún queriendo seguir entre las cobijas.
Si pudiera evitaría que tuvieras que caminar por la ciudad contaminada, respirar el perfume de los autos, el olor de las maquinas y el humo de un cigarrillo.
Quitaría de tu camino a la gente que se ocupa solamente de robar oxigeno. A los hombres que te miran fantaseando obtener algo a cambio. A los que te miran feo sólo porque su vida es mala y desperdiciada.

Quiero tantas cosas que desaparecería el dinero de todos los bancos sólo para dártelo a ti. Si pudiera el cielo estaría azul cuando quieras que sea azul o que llueva cuando tengas ganas de saltar por charcos.
Quisiera que la melancolía te llegue sólo cuando estés de ánimos para recibirla.
Desearía tener el poder de evitarte cualquier coraje, cualquier pena y cualquier accidente.

Si por mí fuera tendrías no una casa; una mansión para poder meter ahí a todas las mascotas que quieras.
No habría ladrones ni violencia para que puedas salir a dar una caminata hasta los columpios por la noche. Tendrías todos los libros y discos que quisieras.
Quisiera tener el poder de evitar que cuando nos despedimos y caminas de espaldas para poder despedirte, algún distraído choque contigo.

Sé que podría decir que quiero encerrarte en una burbuja para que no pases por nada malo, pero tampoco pasarías por lo bueno. Y me gusta sentir tu frío en la lluvia para poder abrazarte, así como adoro tu cara al estornudar.
Por eso yo no voy a encerrarte en una burbuja, yo sólo voy a sacarte del planeta y estaré siempre contigo.


Para la maravilla de mujer que día a día hace de todo nada más para verme sonreír. Te Amo.

jueves, 5 de mayo de 2011

Como Colosio


Aquí el clima es un poco frío, a veces caluroso. En fin, es algo inestable, pero te puedes adaptar. Y por la comida no te preocupes, es de la mejor que podrías probar.

Bueno, la cosa estuvo así:
Ustedes ya supieron sobre el comunicado de Obama en donde dice que Osama Bin Laden está muerto. Muchos sintieron alivio y felicidad al enterarse de esto. Incluso se fueron a parar frente a la casa blanca a gritar como tarados por unos cuantos minutos (y digo minutos porque yo mejor apagué la tv y me dormí, quizás fueron horas). Había muchachos trepados en las ramas de los arboles y banderas de lineas con estrellitas, una por cada persona que no tenía nada qué hacer ese día.

Seguramente muchos mexicanos también celebraron este acontecimiento; los jóvenes que no tenían ni puta idea de quién era Bin Laden, los señores que querían sentirse como si ellos mismos hubieran hecho justicia y las señoras que salieron con el acertado comentario: "Ay, qué bueno que se murió ese señor, era bien malo". Porque nunca faltan las señoras que piensan que eso de tener más de una esposa es ser malo.

Luego de eso empiezan los reclamos sobre lo que en este espacio llamaremos EL CASO PAULETTE ... ejem, perdón, ese ya se les había olvidado.
EL CASO BIN LADEN: Primero, los gringos ya cayeron en contradicciones, uno dice que Osama sí se defendió y les disparo todo lo que tenía: metralletas, pistolas, grandas, cañones, una tutsi pop, un cornetto y hasta un faje con una musulmanita.
Mientras que otros dicen que el terrorista estaba desarmado y los estadounidenses lo capturaron así, luego lo mataron.

Por otro lado, una gran parte de la población reclamó que no era posible que una nación festejara la muerte de un individuo, sea este quien fuera.
Y por último, el presidente de los Estados Unidos dijo:
"No mostraremos la foto del cadáver de Osama porque nos caía bien pinche mal y festejamos su muerte, pero su cuerpo no es un trofeo. Y no la muestro y no la muestro y me vale madres, me vale madres, me vale madres, me vale madres...!" Y así dijo.

Pues bien, yo sé que ustedes quieren saber la verdad. No sé para qué, pero quieren saber la verdad.
Ahí les va:
Primero Obama dio la orden de ir en busca del terrorista. Los militares americanos (porque tienen la pinche costumbre de creer que sólo ellos son americanos) llegaron al lugar del evento. Osama Bin Laden les abrió las puertas y los invitó a pasar. Las cosas se dieron de la siguiente manera:

Soldado 1: Osama Bin Laden, usted está arrestado (obvio hablaban en inglés pero yo se los pongo en español) por ser violento, matar a mucha gente y destruir las torres gemelas que estaban bien bonitas.

Soldado 2: Ponga las manos en donde podamos verlas y agáchese lentamente.

Bin Laden: ¡No! Malditos americanoss, ustedes sienten que lo pueden controlar todoss. Mejor vamos a discutir un acuerdoss, dejenme hablar con su lider.

Soldado 1: No, señor, usted no tiene derecho a nada. Nosotros tenemos trajes bonitos y mc´Donalds, usted es inferior así que no puede exigir.

Bin Laden: Está bien, esperos que le digan lo mismo a mi esposas...

Esposa´s 1: Hola guapo

(30 minutos después)

Soldado 1: ¡Qué pasó, mi ppinche Obama!

Bin Laden: Osama, Osama, ¡Soy Osama!

Soldado 1 (mientras su cabeza se mueve en circulos): AH, bueno güey. No manches... tu mujer... mis respetos

Bin Laden (murmurando): ¡Muy bien mujer! Los has emborrachado, es momentoss de huir.

Soldado 2: Oye Osama... ya en serio, güey... ... ... ¿por ggé destruyes genTe?

Bin Laden: No, americanoss estupidoss, yo no destruí tus torress, sólo mandé a que las tiraran. Ahora sigan bebiendo tequilass.

Soldado 1: Ya confesaste murder foker, put the lonch wonder arrest!

Bin Laden: Está bien, está bien, americanoss. Yo me dejo capturar si ustedess primero repiten esta oración: Erre con erre cigarross, erre con erre barril. Rrapidoss corren los carross, carrgadoss de azucarr del ferrocarril.

Soldado 1 y 2: ehhe... egueee... ehhe... Mierda! ¿¡Por qué el soldado 3 debía ser mudo!? Maldito mexican.

Mientras los soldados, ya con las narices rojas por el alcohol, intentaban cumplir con su difícil reto, Osama aprovechó para escapar por la parte trasera, dejando a su esposass, digo, esposa, a cargo de distraer a los gringos.

27 horas después...
-¡Qué tal, compañeross!
-¡Qué onda compañero! ¿Cómo andas?
-Pues más o menos, ya ves, esos gringoss que sienten que todo lo pueden.
-Sí, lo sé, pero no les hagas caso. Mejor vamos a tomarnos unos tequilas y me cuentas cómo estuvo el pedo.

Así es, gente, Bin Laden está viviendo en mi molcajete.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Edgar

Hoy venía por la plaza y había un tipo que no dejaba de empujar a la gente. Era alto, corpulento y no se veía muy amigable. Me molesta la gente así, las personas que quieren retar a todos por sentirse mejores.
Pasaba junto a los chicos y los empujaba con el hombro o el brazo, él ni siquiera volteaba a ver si no le hizo daño a alguien. Yo preferí hacerme a un lado cuando pasé junto a él, o él pasó junto a mi. No quería que me lastimara y mejor evité ese mal momento.

-Pues entonces debió pensar que eres un cobarde. ¿Por qué te hiciste a un lado? Hubieras pasado frente a él, ponerte firme y no dejar que te moviera. Eres un cobarde.

-¿Yo?, ¿Cobarde? ¡Ja! Cobardes los hombres que embarazan a una mujer y luego la abandonan, los que le pegan a su esposa por sentirse muy superiores, los que ofenden e insultan a sus novias por creerse más inteligentes, los que roban, los que no trabajan para su familia, para sus hijos, los que engañan a las mujeres. Los "hombres" que no saben ser hombres. ¿Yo cobarde? No, yo no soy cobarde, sólo soy flojo.